5.1 LEER Y ESCRIBIR
La
capacidad que posee el hombre para pensa, le ha posibilitado reconocer el valor
del lenguaje como medio para expresar ideas, conocimientos y sentimientos, lo
cual le exige desarrollar habilidades comunicativas como hablar, escuchar,
leer, y escribir para consigo mismo y con su entorno. Las dos últimas habilidades mencionadas son
fenómenos de índole cultural y no de carácter biológico, por lo que en el
sistema educativo se han convertido en un área de interés por desarrollar y
perfeccionar de manera sistemática, olvidando el verdadero valor comunicativo y
significativo que éstas poseen.
Leer
es una habilidad comunicativa que permite al individuo construir significados
de un texto mediante un proceso complejo de coordinación de informaciones
diversas que provienen tanto del mismo texto, como del lector. En este sentido,
diversos autores han desarrollado una perspectiva más amplia de lo que
significa leer:
SOLE
(1992), afirma que “leer es un proceso de interacción entre un lector y un
texto, proceso mediante el cual el primero intenta satisfacer (obtener una
información pertinente para), los objetivos que guían su lectura”.
Para
HENAO (1998), la lectura es un medio por excelencia que permite acceder al
aprendizaje, pues los contenidos que integran las diversas áreas del
conocimiento provienen, en gran medida, de todo tipo de material escrito que
requiere ser leído, discernido y asimilado.
ZAPATA
(1999), define la lectura como un “acto de búsqueda de sentidos visuales, un
encuentro consigo mismo a partir de lo sugerido por el texto, un
enriquecimiento perceptivo que abre entendimiento para la comprensión del
mundo”.
Con
éstas y otras consideraciones es posible reconocer que la lectura, es un
proceso intelectual del hombre que le permite, más allá de decodificar,
aprender y adquirir significados que permiten comprender y transformarse a sí
mismo y al mundo.
Por
otra parte, la habilidad de la escritura consiste en emplear un sistema de
códigos con características propias para expresar ideas, pensamientos y
sentimientos, por lo que escribir no debe reducirse a asociar símbolos visuales
y referentes auditivos, o a una simple habilidad motriz.
La
literatura especializada señala diversos significados de la escritura:
CASSANY
(1999), explica que la escritura es sistema de signos a través de los cuales se
utiliza el lenguaje para expresar el pensamiento y por medio de la cual se
pueden conseguir objetivos a nivel personal, científico, informativo,
académico, etc. Afirma además, que la escritura es un proceso complejo que
transforma la mente del sujeto, pues facilita “el desarrollo de nuevas
capacidades intelectuales, tales como el análisis, el razonamiento lógico, la
distinción entre datos e interpretación o la adquisición del metalenguaje”.
TEBEROSKY
Y TOLCHINSKY (1995), consideran que escribir es una “actividad intelectual en
búsqueda de una cierta eficacia y perfección, que se realiza por medio de un
artefacto gráfico manual, impreso o electrónico para registrar, para
comunicarse, para controlar o influir sobre la conducta de los otros, que posibilita
la producción y no sólo la reproducción, que supone un efecto de
distanciamiento tanto como una intención estética”.
TOLCHINSKY
(1993), define la escritura como “un instrumento culturtal que permite al
hombre no sólo controlar y transformar el medio, sino que también controla y
transforma su propio funcionamiento”
La
lectura y la escritura son procesos intelectuales que van adquiriendo
especifidad, en los que se involucran dimensiones socio-culturales,
lingüísticas, y comunicativas en la construcción de significados a partir de la
interacción entre el texto, el contexto y el lector, por lo tanto, leer no se
reduce a pasa de los signos gráficos a los sonidos (CARBONEL DE GROMPONE 1989).
Estas
habilidades se desarrollan a través de procesos de adquisición y ejecución, más
que através de aprendizajes teóricos como puede suceder en otras áreas del
conocimiento. De acuerdo con Dubois (1997), a escribir se aprende escribiendo,
activando los saberes y las estrategías de composición y también poniendo en
práctica los conocimientos del sistema lingüístico al que pertenece y, de igual
manera, a leer se aprende leyendo, o sea, poniendo en contacto al aprendiz con
diversos textos que potencien sus habilidades y sus capacidades, y que le
exijan según el tipo de texto la activación de unos u otros conocimientos y la
aplicación de diversas estrategias.
Leer
y escribir constituyen dos experiencias que posibilitan la comunicación y que
requieren de estrategias y principios que orienten una intervención motivante para
los seres humanos. La lectura y la escritura se constituyen en procesos
cognitivos con un valor epistémico, que posibilitan el aprendizaje y soportan
la apropiación de conocimientos en diversas áreas. En este sentido, el tema
educativo debe promover el desarrollo de las habilidades comunicativas de sus
estudiantes en contextos reales, para ello propuso una educación basada en
competencias y guiada por criterios o estándares curriculares de acuerdo con
los diferentes grados escolares.
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